El uso del incienso en Japón se remonta alrededor del año 538 d.C. Tiene una larga historia y llegó a Japón desde China, junto con el budismo. A partir de entonces el incienso se ha convertido en una faceta más que importante, imprescindible en la cultura japonesa. Al principio fue importado desde China, pero después de algunos años, Japón comenzó a crear su propio incienso.