En sus apariciones ella siempre atrae a miles de personas, cada día son más aquellos que se sienten atraídos por su sencillo mensaje de amor. Mata Amritanandamayi Devi “Amma” sale a abrazar a la gente durante seis horas seguidas. Durante ese tiempo no estirará las piernas y no se tomará un descanso para comer. Ella simplemente abrazará. Conocida como Amma, que significa «madre», Devi ha abrazado a cerca de 30 millones de personas en todo el mundo, ganándose el apodo de «la santa de las manos». Cuando no está viajando alrededor del mundo, Amma vive en su ashram o retiro religioso, llamado Amritapuri, situado en el mismo pueblo del sur de India, donde nació en una familia de pescadores pobres hace 59 años.

Como la fama de Amma se ha disparado, Amritapuri se ha convertido en un lugar de peregrinación. Al menos unas 5.000 personas viven aquí y cientos de miles de personas visitan cada año. Amritapuri es el corazón de Amma que está atrayendo a todo el mundo aquí. Es como una meca, un lugar de amor divino. La vida en Amritapuri es simple, las personas siguen una dieta vegetariana y no se permite fumar o beber, los residentes están invitados a participar en al menos dos horas de trabajo voluntario, conocido como “seva”, todos los días. Durante el tiempo libre, actividades como la meditación, el yoga y el canto son muy populares.

En Amritapuri, Kavya Amma se ve como un ser divino, es el universo y la gran madre. Hay fotos de Amma en todas partes de Amritapuri: en los cafés, en los armarios, las puertas, incluso en los ascensores. La gente mira las imágenes de Amma y desprenden unas energías muy positivas que no dejan indiferente a nadie. La organización de Amma dona millones para hospitales, orfanatos, una universidad y docenas de escuelas. Entre sus importantes donaciones están 46 millones de dólares para las víctimas del tsunami del sudeste asiático.

Pero dejando a parte las donaciones de los seguidores a la fundación Amma, la “Gran Madre” solo quiere recibir a las decenas de miles de visitantes diarios y de dar los abrazos que se han hecho tan famosos. Amma mantiene que todos tenemos el mismo potencial que está dentro de todos nosotros, pero «si la miel está encerrada en una piedra, ¿cómo podemos saber su dulzura?» Tal vez esa es la pregunta que ha inspirado a muchos a venir a Amritapuri: salir de sus vidas, recorrer medio mundo de distancia, a poner su fe en algo tan simple como el amor y el poder del contacto humano.

Amma y el coronavirus

Hace tres años, Amma sintió que se avecinaba un desastre inminente en 2020. Hace dos años, Amma desarrolló la “Meditación de la flor blanca para la paz mundial y la gracia divina” para aliviar esto. En él se dice que lo que viene no se puede evitar por completo y tendremos que experimentar algunos de sus efectos. Amma ha explicado esta técnica de meditación y la ha estado practicando durante los últimos dos años, beneficiando al mundo. Amma pide a todos que practiquen regularmente esta meditación una o dos veces al día para el beneficio del mundo entero.

Todo existe en forma de ondas o vibraciones. En el siglo pasado, los franceses diseñaron el Concorde, avión que puede volar a velocidades supersónicas. Su explosión sónica fue tan poderosa que sus ondas de expansivas provocaron daños a edificios. Del mismo modo, el sonido de una canción se transmite en ondas o vibraciones. Todo existe en forma de ondas o vibraciones. El tipo de vibración que genera la ira es diferente al que genera una madre que muestra afecto por su hijo, que nuevamente es diferente al que genera el amor, y nuevamente diferente al que genera la lujuria. Con la vibración de la meditación junto con nuestro esfuerzo diligente, puede ser posible resistir el virus. La oración con sankalpa (intención profunda) tiene efecto.

«No importa que cultura sea el amor es lo mismo. Donde quiera que vayas en el mundo, la miel es la misma, dulce. El fuego es el mismo, da calor». – Mata Amritanandamayi Devi “Amma” –